La familia de las Crassulaceae a la que pertenece esta planta, comprende un gran género de plantas suculentas originarias de numerosas partes del mundo, pero en su mayor parte son naturales de Sudáfrica.
Esta encantadora suculenta muestra toda su belleza principalmente cuando está en plena floración.
Se desarrolla como una planta rastrera, que no supera los 15 cm de altura, teniendo de manera usual un crecimiento más a lo ancho, aunque su desarrollo es algo lento.
Dado su moderado crecimiento y por o tanto un tamaño reducido, es preferible cultivarla en contenedores no demasiado grandes.
Se muestra muy ramificada, los tallos son suculentos hacia los extremos terminales y algo mas leñosa en la base.
Agradece que se la ubique en una posición soleada, o al menos con una luz cuantiosa; una ubicación a pleno sol hace que las hojas se tornen de una tonalidad rojiza brillante, incluso amarilla.
Esto sucede sobre todo en los márgenes del follaje, algo que hace a la planta muy decorativa.
La floración surge en racimos densamente cubiertos de pequeñas flores, en la terminación del tallo, el color de las flores puede variar del rosa pálido a otro mucho más intenso.
Las inflorescencia aparecen entre junio y septiembre.
Se debe regar de manera más generosa en verano y muy escasa en invierno.
Necesita de protección ante el frío en invierno, las heladas pueden acabar con la planta.
Se propaga con sobrada facilidad en verano mediante trozos de esquejes, que se deben dejar secar durante unos días antes de plantar en un sustrato para cactus.
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