Esta planta es originaria del sur de África pero su cultivo está extendido por casi todo el mundo.
Se desarrolla mejor en regiones de climas cálidos y en lugares soleados, preferiblemente sobre terrenos rocosos, especialmente en las regiones secas.
El Aloe tiene hojas suculentas, largas, fuertes, con forma de espada, con la punta aguda y una serie de dientes punzantes.
Las hojas están dispuestas en roseta y son de color verde grisáceo.
Las flores del Aloe son pequeñas, tubulares, y se presentan en inflorescencias agrupadas densamente en largas espigas de 25 ó 35 cm, en color amarillo o naranja.
Esta planta tiene la capacidad de conservar agua lo que le permite sobrevivir por largos periodos de tiempo en condiciones de sequía.
Se cultiva de igual forma en macetas o directamente en tierra; es célebre por su utilización en aplicaciones de diferentes trastornos, para los que posee una eficacia extraordinaria; acelera la cicatrización y reduce el riesgo de infecciones.
Entre la gran cantidad de propiedades que destacan en esta planta suculenta está el ser un conocido anti-inflamatorio, además de estar indicado en quemaduras, irritaciones cutáneas, eccemas, etc.
Asimismo es muy aprovechada en la industria cosmética y farmacéutica para la elaboración de todo tipo de productos.
Si las raíces han llenado la maceta necesitará más espacio para desarrollarse, es entonces cuando habrá que trasplantarla a un contenedor mayor.
Se multiplica por la separación de los vástagos que brotan de la planta madre.
Se dejan secar y se pone cada brote en una maceta con un sustrato especial para Cactus.
1 comentario:
Hola Carmen!
El Aloe vera es el más conocido de todos los aloes sin duda por la divulgación que ha tenido en el campo de la cosmética.
La verdad es que las flores de los aloes son de una belleza extraordinaria.
Un abrazo!!!
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